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“Somos historia en movimiento”: Nieto Senetiner, icónica bodega, presenta la evolución de su identidad a través del arte


La bodega Nieto Senetiner da un nuevo paso en su evolución y refuerza la idea de que, junto a su solidez y su profundo amor al vino, la Bodega siempre avanza. Por eso, eligió expresar el lanzamiento de su nueva identidad con el concepto de “Historia en Movimiento” a través de una obra de arte. […]


La bodega Nieto Senetiner da un nuevo paso en su evolución y refuerza la idea de que, junto a su solidez y su profundo amor al vino, la Bodega siempre avanza. Por eso, eligió expresar el lanzamiento de su nueva identidad con el concepto de “Historia en Movimiento” a través de una obra de arte.

De un lado, el pasado, representado por ese viejo viñedo plantado hace más de 130 años por inmigrantes italianos en Vistalba, en el corazón de los mejores vinos de Mendoza. Del otro lado, el futuro, la búsqueda constante por mejorar los trabajos en la tierra y en la bodega, por innovar con las variedades y los estilos, pensando siempre en las próximas generaciones. Y en el medio de ese pasado y de ese futuro está Nieto Senetiner, la icónica bodega argentina que se expresa como una historia en movimiento.

“Nuestra historia es única”, afirma Santiago Mayorga, el único enólogo argentino que está entre las 50 personas más influyentes en el mundo del vino y las bebidas espirituosas (premio otorgado por WSET & IWSC) y además, un reconocido winemaker a cargo de los vinos de Nieto Senetiner. “A veces uno tiende a pensar que lo que sucedió antes ya es algo antiguo, pero la realidad es que nuestras raíces están ahí, crecieron ahí. Pero claro que esto no debe significar quedarse quieto, sino al revés, es utilizar la historia como base para realizar cambios de manera continua, para avanzar en nuestro camino. Pensar una historia en movimiento es estar siempre vigente, mejorar lo que hacemos, mirando al futuro sin olvidar lo que somos y lo que tenemos”, continúa.

A lo largo de los años Nieto Senetiner se ganó un merecido prestigio en la Argentina. Es una bodega con sus raíces plantadas en Luján de Cuyo, en la zona más tradicional de Mendoza, pero que también recorre viñedos en el Valle de Uco, sumando diversidad y complejidad. “Si uno solamente quiere seguir las tendencias de la moda, está siempre corriendo desde atrás, sin nunca llegar a destino. Para nosotros, en cambio, se trata de ser auténticos. Queremos reconocer nuestras fortalezas, como por ejemplo nuestro viñedo antiguo de Vistalba, o como el fantástico desarrollo de la bonarda que nuestro enólgo Roberto González logró en las últimas dos décadas. Y desde ese lugar, sí, pensar los vinos con una mirada bien actual y contemporánea”.

En este último año Nieto Senetiner rediseñó la imagen completa de sus etiquetas, logrando una identidad que representa a la bodega. También abrió la histórica casa familiar para turistas y presentó nuevos vinos y líneas, como la Patrimonial y los single vineyard. “A partir de 2015 comenzamos un cambio de estilo, buscando una mayor frescura en las cosechas, con el acento puesto siempre en el equilibrio. Con la línea Patrimonial sumamos un homenaje a variedades que son muy importantes para la bodega pero también para la vitivinicultura de la Argentina. Tenemos un Malbec D.O.C. que representa a todo Luján de Cuyo, también un Semillón de Tupungato, una Bonarda de viñedos viejos y una Criolla Grande que nace en el este mendocino. Luego tenemos la línea Don Nicanor, que es una línea maravillosa de gran relación precio calidad. Algunos se imaginan que son vinos old fashioned, más que nada porque el nombre remite a algo histórico, pero en realidad tienen un estilo muy fresco y moderno. Los elaboramos a base de viñedos de Luján de Cuyo y del Valle de Uco, buscando mostrar la fruta y las características que aporta cada lugar. Son esos vinos que llevás a una cena y siempre te van a dejar bien parado”.

Una de las grandes novedades recién presentadas por Don Nicanor demuestra su compromiso con el ambiente, a través del lanzamiento del primer vino orgánico de la bodega, el Don Nicanor Malbec Orgánico 2020“Nuestra ingeniera agrónoma Jimena Castañeda trabajó junto a dos productores -uno de Los Chacayes, el otro de Agrelo- para lograr viñedos orgánicos certificados. De esas uvas nace esta etiqueta”, explica Mayorga. Elaborar un vino así implica no sólo el cuidado en el campo y cosecha sino también un seguimiento minucioso en bodega, con auditorías constantes que exigen calidad, trazabilidad y pureza en cada proceso. Todo eso se traduce en este Malbec que, tras doce meses de barrica, sigue joven y expresivo, con esos aromas de hierbas frescas típicos de Los Chacayes.

Con mirada amplia, hoy Nieto Senetiner tiene vinos para consumo diario y otros super premium como el Villa Blanca Estate Malbec, una etiqueta elaborada en exclusiva con uvas de un único viñedo plantado en Vistalba en el año 1888, un verdadero tesoro de la viticultura argentina.

“Estamos muy orgullosos de este viñedo, de poder mantener este pulmón verde en una zona de Mendoza que está cada vez más amenazada por el crecimiento inmobiliario. Esa defensa es también parte de nuestra historia en movimiento”.

Vistalba, junto con el resto de los distritos de Luján de Cuyo, conforma la llamada Primera Zona de Mendoza, donde comenzaron a cultivarse las uvas de calidad. De ahí salió el Malbec que conquistó al mundo entero. “En los últimos años descubrimos el Valle de Uco, y es verdad que es un valle fantástico. Además es muy grande, hay muchísimas hectáreas cultivadas, y de ahí salen lugares increíbles como Altamira, Gualtallary, Los Chacayes o La Carrera. Pero fue tanta la emoción que sentimos en Mendoza al poder crecer en una zona así que Luján pareció quedar relegado. Hoy por suerte esto vuelve a cambiar: ahora estamos investigando sobre las diferencias que tiene Luján de Cuyo, profundizando en los microclimas, en los suelos, en las indicaciones geográficas. Una muestra de esto es el renacimiento de la D.O.C. Luján de Cuyo, que sumó nuevas bodegas, todas trabajando con calidad y con una apuesta a futuro”.

No es fácil ser fiel a una tradición y, a la vez, aceptar los cambios de cada época y de los consumidores. El desafío de una bodega como Nieto Senetiner es lograr el equilibrio entre esa historia y el movimiento constante. Apenas se entra hoy a la bodega se ve así una obra de arte creada por el joven artista plástico Rodrigo Rodríguez, donde los distintos elementos del suelo mendocino cuelgan representando el origen de los vinos de esta bodega, transmitiendo los cambios de la naturaleza. “Traer una obra así a una bodega de más de un siglo de vida es una manera de mostrar como lo antiguo y lo nuevo pueden unirse. Hay que entender que la industria del vino es a muy largo plazo. Yo entré a Nieto Senetiner en 2013 y recién hoy estamos terminando esta etapa de rediseño de la marca. Es parte de nuestros cambios y de nuestra esencia”. Es parte de una historia que está en movimiento.



FUENTE: La Nación / Nota